Solo escucha....

Es grato realmente volver a escribir, y mas aun, porque tenia unas ganas tremendas de hacerlo. Muchas veces hay cosas que tu mente procesa, tu boca no expresa pero tu mano lo reproduce.  

Y es que en el dia a dia, escuchas, observas, haces y de todo ello siempre algo aprendes, pero si tu lo aprendiste por que ¿no compartirlo?

Siempre todos tenemos algo que comunicar, por algo dicen que la comunicacion es la base de la vida.

Puedes expresarte en forma oral o tan solo por gestos...de todas siempre ...tienes algo que quieres compartir!

Lo mismo pasa con Dios, siempre tiene algo que decirte, algo que enseñarte, algo que expresarte...puede ser que estes triste,cansado,feliz o como estuvieses....Dios siempre te habla.

Puede que estes en el lugar mas desolado del mundo, solo tu y el o como tambien puede que estes en medio del trafico y del bullicio del mundo ..... Dios siempre se expresa.

Puede que lo conozcas mucho, poco o es mas que nunca alguien te lo haya presentado....Dios quiere hablarte.

Y es que no se trata de tu conocimiento, experiencia, madurez, edad.... Dios siempre tiene algo que decirte.

Pero muchas veces no lo escuchamos, ya sea por algo que estes pasando o pasaste. 

O de repente se trata de ti, que te fias del conocimiento que posees y cuando es poco crees que necesitas mas para poder entenderlo, o cuando es mucho, crees que el solo te hablara por medio de cosas sobrenaturales.

Solo hay una verdad: Dios siempre nos habla, siempre 

Ya depende de lo perceptible que somos para escucharlo, puede hablarte en el consejo de un amigo, en la predica que escuchaste la vez pasada, de la boca de tus padres, en el abrazo de esa persona tan especial o de repente en una cancion, un libro, un pasaje biblico, un triptico o boletin y hasta en un sticker o escrito en algun carro.

Dios siempre tiene algo que decir

Escuche alguna vez : ¿Estamos dispuestos a atender su voz como el  percebtible niño Samuel o de repente a veces somos un poco sordos como Eli?   

1Sa 3:1  El joven Samuel seguía sirviendo al Señor bajo las órdenes de Elí. En aquella época era muy raro que el Señor comunicara a alguien un mensaje; no era frecuente que alguien tuviera una visión.

1Sa 3:2  Pero un día Elí, que había comenzado a quedarse ciego y no podía ver bien, estaba durmiendo en su habitación.

1Sa 3:3  Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde se encontraba el arca de Dios. La lámpara del santuario seguía encendida.

1Sa 3:4  Entonces el Señor lo llamó: –¡Samuel! –¡Aquí estoy! –contestó él.

1Sa 3:5  Luego corrió adonde estaba Elí, y le dijo: –Aquí me tiene usted; ¿para qué me quería? –Yo no te he llamado –contestó Elí–. Vuelve a acostarte. Entonces Samuel fue y se acostó.

1Sa 3:6  Pero el Señor llamó otra vez: –¡Samuel! y Samuel se levantó y fue junto a Elí, diciendo: –Aquí me tiene usted; ¿para qué me quería? –Yo no te he llamado, hijo mío –respondió Elí–. Vuelve a acostarte.

1Sa 3:7  Samuel no conocía al Señor todavía, pues él aún no le había manifestado nada.

1Sa 3:8  Pero por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y este se levantó y fue a decirle a Elí: –Aquí me tiene usted; ¿para qué me quería? Elí, comprendiendo entonces que era el Señor quien llamaba al joven,

1Sa 3:9  dijo a este: –Ve a acostarte; y si el Señor te llama, respóndele: 'Habla, que tu siervo escucha. ' Entonces Samuel se fue y se acostó en su sitio.

1Sa 3:10  Después llegó el Señor, se de tuvo y lo llamó igual que antes: –¡Samuel! ¡Samuel! –Habla, que tu siervo escucha –contestó Samuel.